Zarpazo de lobo
Estas fotos las envía José Manuel G. La roca se encuentra en la zona del Pico de la Cruz del Pan, a unos 150 metros del "Cancho de las Colmenas", frente al abrevadero y a la zona recreativa del Berzalejo, al otro lado del camino.
La roca presenta unos llamativos signos de erosión que recuerdan a la que hemos llamado "huella de oso", pero en este caso el relieve es hacia fuera.
Por detrás, por la cara norte, la piedra está aparentemente cortada, quizá por trabajos de cantería de época reciente.
Interpretación
Ya hemos hablado del oso como uno de los animales de poder favoritos entre los guerreros de las praderas. Y contamos con casos como la Piedra Escrita de Cenicientos o la Huella de Oso de Cebreros, en las que "la huella de oso marcaba que se estaba entrando en un lugar sagrado" (ver entrada de "huella de oso").
Parece ser que antes del desarrollo de la agricultura y la ganadería, numerosos pueblos de Europa se decían descendientes de los lobos y rendían culto a un dios lobo antepasado suyo.
En la antigüedad, ver un lobo antes del inicio de una batalla también era un presagio de victoria, el lobo era el animal simbólico del cazador y del guerrero.
Y en la mitología celta Lug se representa acompañado de dos lobos (ver sección de religión del blog). Y la filiación celta de los pueblos del centro, oeste y norte de la península, hacen creer que los pobladores del territorio madrileño compartirían en parte las creencias celtas (Green 1995).
Esta filiación celta de los pueblos del centro pudo ser la causa de que en 1998, las tumbas de La Cabilda, identificadas hoy en día como visigodas, fueran inicialmente atribuidas a época celtibérica.
No sabemos si podría tener para ellos algún significado y, en caso de tenerlo, cuál sería, pero siendo el lobo otro animal de poder que aparece en las mitologías antiguas, en este blog hemos querido bautizar la roca como "zarpazo de lobo" .
Pero es que si las formas de nuestras rocas ya son de por sí llamativas, leyendo sobre nuestro municipio, he descubierto algo sorprendente y es que puede haber otro factor asombroso que podría haber impresionado todavía más a nuestros antepasados y es el "cambio de color de nuestras rocas". Y es que Hoyo de Manzanares, junto con Rupit, un pueblo de Cataluña, parecen ser los dos únicos pueblos de España que, según recoge Alberto Clavero en su libro Hoyo de Manzanares en la Historia, disponen de “ese rayo ultravioleta” que hace cambiar el color de determinadas piedras según la acción del sol [35]. ¿Se vería esta roca afectada por estos cambios? ¿Cómo lo interpretarían nuestros antepasados?
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