Corral de invierno

 

     Próximo al Alto de los Arenosos, junto al Barranco del Cura, se encuentra un entorno rocoso en el que llaman la atención 3 rocas.




Descripción general


Se trata de un conjunto rocoso semicircular, que delimita un espacio recogido y protegido del viento y que se utilizó hasta bien entrado el siglo XX como corral de invierno para el ganado. Unos bloques cierran el horizonte del observador por el este y el oeste y existe un estrecho pasillo norte-sur.


Destacan a la vista una roca con un hueco en forma de puerta al noroeste, una mole rocosa en el sureste que presenta la parte superior horadada y, un poco más adelante, al noroeste, un conjunto de rocas en las que la erosión ha modelado curiosas formas.

Interpretación 


Desde la mole rocosa situada al sureste, se domina todo el conjunto, que se ve así.

 

Si miramos la mole rocosa desde el centro del espacio, se aprecian rebajes con aparente forma de asiento mirando hacia el interior del conjunto y varias entalladuras que parecen rudimentarios escalones para facilitar la subida a la parte alta de la roca.




Y por la parte posterior se aprecia un pliegue o cordón,  que llega hasta la parte superior de la roca que, aunque parece ser de origen natural,  llama la atención.



Y su cima presenta varios rebajes curiosos, probablemente resultado de la erosión, pero ¿podemos descartar la posibilidad de que pudieran haber sido utilizados como altar o haber tenido algún otro uso ritual?



Y al noroeste, la "puerta de piedra". 

 Una formación singular curiosa que probablemente  también llamaría la atención de nuestros antepasados. 

 Y es que, tal y como ya hemos incluido en la sección de "religión" de este blog, este tipo de rocas con huecos, se asocia a ritos de iniciación, de sanación o de fecundidad, para las personas que se introducen por ellas... o también a ritos de adivinación o propiciatorios, dependiendo de si al lanzar un objeto, éste entraba o no por el hueco...




Si avanzamos unos pocos metros por el estrecho pasillo que sube a la derecha de la "puerta de piedra", enseguida vemos el tercer conjunto rocoso de este entorno, al noreste, en el que la erosión parece que ha hecho un caprichoso trabajo.


Se trata de un entorno especial, que no deja indiferente, un lugar donde, como decían los antiguos, "parece que sopla el espíritu".

Y es que, tal y como se destaca en los estudios consultados 
"... aunque a primera vista pueda parecer que estas rocas son sólo el resultado de determinados procesos geológicos y erosivos, para el hombre primitivo algunas eran un 'numen' pleno de vida y poder sobrenatural"...

El estudio de este tipo de rocas plantea grandes dificultades y ha permanecido muchos años estancado, porque en la mayoría de los casos carecen de contexto arqueológico y de procedimientos que permitan datarlos. Sin embargo, su gran importancia para conocer el pensamiento y el imaginario de tiempos remotos está haciendo que sean cada vez más los especialistas de distintos ámbitos que se sienten atraídos por su estudio.


¿Qué nos dice el lenguaje silencioso de estas rocas? ¿Y si tuviéramos la suerte de estar contemplando lo que en el pasado fue un lugar sagrado, un "nemeton", un santuario para nuestros antepasados?

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